A PARTIR DE MAÑANA A partir de mañana empezaré a vivir la mitad de mi vida. A partir de mañana empezaré a morir la mitad de mi muerte. A partir de mañana empezaré a volver de mi viaje de ida. A partir de mañana empezaré a medir cada golpe de suerte. A partir de mañana empezaré a vivir una vida más sana. Es decir que mañana emezaré a rodar por mejores caminos. El tabaco mejor y también porque no las mejores manzanas. La mejor diversión y en la mesa mejor el mejor de los vinos. Hasta el día de hoy sólo fuí lo que soy, aprendiz de Quijote. He podido luchar y hasta a veces ganar sin perder el bigote. Ahora debo pensar que no pueden dejar de sonar las campanas. Aunque tenga que hacer más que hoy y que ayer, a partir de mañana. Si a partir de mañana decidiera vivir la mitad de mi muerte. O a partir de mañana decidiera morir la mitad de mi vida. A partir de mañana debería aceptar que no soy el más fuerte. Que no tengo valor ni pudor de ocultar mis más hondas heridas. Si a partir de mañana decidiera vivir una vida tranquila. Y dejara de ser soñador para ser un sujeto más serio. Todo el mundo mañana me podría decir: se agotaron tus pilas. Te has quedado sin luz, ya no tienes valor, se acabó tu misterio. Hasta el día de hoy sólo fuí lo que soy, aprendiz de Quijote. He podido luchar y hasta a veces ganar sin perder el bigote. Ahora debo pensar que no pueden dejar de sonar las campanas. Aunque tenga que hacer más que hoy y que ayer, a partir de mañana. A partir de mañana empezaré a vivir la mitad de mi vida. A partir de mañana empezaré a morir la mitad de mi muerte. A partir de mañana empezaré a volver de mi viaje de ida. A partir de mañana empezaré a medir cada golpe de suerte. Hasta el día de hoy sólo fuí lo que soy, aprendiz de Quijote. He podido luchar y hasta a veces ganar sin perder el bigote. Ahora debo pensar que no pueden dejar de sonar las campanas. Aunque tenga que hacer más que hoy y que ayer, a partir de mañana. Hasta el día de hoy sólo fuí lo que soy, aprendiz de Quijote. He podido luchar y hasta a veces ganar sin perder el bigote. Ahora debo pensar que no pueden dejar de sonar las campanas. Aunque tenga que hacer más que hoy y que ayer, a partir de mañana. Hasta el día de hoy sólo fuí lo que soy, aprendiz de Quijote. He podido luchar y hasta a veces ganar sin perder el bigote. Ahora debo pensar que no pueden dejar de sonar las campanas. Aunque tenga que hacer más que hoy y que ayer, a partir de mañana.