Caballo Alazán Lucero Juancho El Charro Caballo alazán lucero, que por ligero que bueno fuiste, ganaste muchas carreras, yo bien recuerdo nunca perdiste. Jamás tuviste derrota, de costa a costa no fue mentiras, hasta que llego esa yegua, por quien perdieras hasta la vida. Sus ojos también oscuros, clavo en los tuyos como diciendo, que en esas quinientas barras, tú la dejaras llegar primero. Lo tengo muy bien presente, toda la gente por ti apostaba, y tu dueño muy seguro, su gran fortuna se la jugaba. Al salir de partidero, vi que la yegua casi volaba, y tú sin correr violento, dándole tiempo a que te ganara. Caballo alazán lucero, cual caballero con una dama, la fortuna de tu dueño, por cuerpo y medio quedo en la nada. Tu dueño desesperado, echando mano de su pistola, si todo me lo han ganado, este caballo solo me estorba. Y no dando tiempo a nada, con cinco balas rodaste herido, caíste junta a la yegua, tú que por ella habías perdido. Moriste viendo a la yegua, como diciendo que está usted servida, caballo alazán lucero, hoy tu recuerdo no se me olvida.