EL ABUELO VICTOR Sentado en el quicio de la puerta. El pitillo apagado entre los labios. Con la boina calada y en la mano una vara nerviosa de avellano. Qué recuerda su frente limpia y clara? Quizá la perimavera deshojada, el olor de la pólvora mojada, o el sabor del carbón mientras picaba. El abuelo fué picador allá en la mina. Y arrancando negro carbón quemó su vida. Se ha sentado el abuelo en la escalera a esperar el tibio Sol de madrugada. La mirada clavada en la montaña es su amiga más fiel, nunca le engaña. Temblorosa la mano va al bolsillo rebuscando el tabaco y su vinito. Y al final como siempre murmurando que María le esconde su tabaco. El abuelo fué picador allá en la mina. Y arrancando negro carbón quemó su vida.