MARIA LA PORTUGUESA En las noches de luna y clavel de Ayamonte hasta Villareal. Sin rumbo por el río, entre suspiros una canción viene y va. Que la canta María al querer de un andaluz. María es la alegría y es la agonía que tiene el sur. Que conocío a ese hombre en una noche de vino verde y calor. Y entre palmas y fandango la fué enredando le trastornó el corazón. Y en las payas de isla se perdieron los dos. Donde rompen las olas besó su boca y se entregó. Ay, María la portuguesa. Desde Ayamonte hasta el faro se oye este fado por las tabernas. Donde bebe vino amargo porque canta con trizteza. Porque esos ojos cerrados por un amor desgraciado por eso canta, por eso pena. Fado porque me faltan sus ojos. Fado porque me falta su boca. Fado porque se fué por el río. Fado porque se fué con la sombra. Dicen que fué el te quiero de un marinero, razón de su padecer. Que una noche en los barcos del contrabando al langostino se fué. Y en las sombras del río un disparo sonó. Y de aquel sufrimiento nació el lamento de esta canción. Ay, María la portuguesa. Desde Ayamonte hasta el faro se oye este fado por las tabernas. Donde bebe vino amargo porque canta con trizteza. Porque esos ojos cerrados por un amor desgraciado por eso canta, por eso pena. Fado porque me faltan sus ojos. Fado porque me falta su boca. Fado porque se fué por el río. Fado porque se fué con la sombra.