Mi Cante Rafael Farina Preguntaba un extranjero, que de donde sale el cante. Y un gitano carcelero, se lo explicó en un instante. Esa niña que no tiene quien la quiera esa madre que de luto se vistió, y las cruces de esa reja carcelera, y el barquito que echa rumbo sabe Dios. De esas cosas tan sencillas, sale un duende, que acostumbra a murmurar. Cuando no es por seguidillas, por tarantas, martinete y solea. Mi cante que vuelve noche y día, puesto en cruceta por ti. La cruz que Chacón decía, engarzado en o cucurucu y “malupin”. Ecos de la penas, de hombres y mujeres, en la voz morena, del que bien te quiere. Hay personas que no entienden, lo que el cante significa. Y por eso se sorprende, cuando alguno se lo explica. El que sufre los martirios del lucero, el que da con un limón a su querer. El retrato de una flor que está en el cielo, donde dice tuya siempre Dios seré. De esas cosas tan sencillas, tiene el cante que escuchamos suspirar, por los patios de Sevilla, y en la fuente de la Alhambra de Graná. Mi cante que vuelve noche y día, puesto en cruceta por ti. La cruz que Chacón decía, engarzado en o cucurucu y “malupin”. Ecos de la penas, de hombres y mujeres, en la voz morena, del que bien te quiere.