Princesa Joaquín Sabina Entre la cirrosis y la sobredosis, andas siempre muñeca. Con tu sucia camisa y en lugar de sonrisa, una especie de mueca. Como no imaginarte, cómo no recordarte, hace apenas dos años. Cuando eras la princesa, de la boca de fresa, cuando tenias aún esa forma de hacerme daño. Ahora es demasiado tarde princesa, búscate otro perro, que te ladre, princesa. Maldito sea el gurú, que levantó entre tú y yo, un silencio oscuro. Del que tan sólo sales, para decirme vale, déjame veinte duros. Ya no te tengo miedo, nena, pero no puedo, seguirte en tus viaje. Cuantas veces hubiera dado la vida entera, porque tú me pidieras llevarte el equipaje. Ahora es demasiado tarde princesa, búscate otro perro, que te ladre, princesa. Tú que sembraste en todas las islas de la moda, las flores de tu gracia. Como no ibas a verte envuelta en una muerte, con asalto a farmacia. Con qué ley condenarte, si somos juez y parte, todos, de tus andanzas. Sigue con tus movidas, reina, pero no pidas, que me pase la vida pagándote fianzas. Ahora es demasiado tarde princesa, búscate otro perro, que te ladre, princesa. Ahora es demasiado tarde princesa, búscate otro perro, que te ladre, princesa.