Adiós, adiós Javier Gurruchaga No soy un tipo complicado, de delicado paladar, cualquier mujer es mi mujer, cualquier cuarto de hotel mi hogar. Puedo dormir en cualquier lado, a veces solo a veces no, a veces pongo reservado, el derecho de admisión. Y digo adiós, adiós, adiós, cierro la maleta y pido, un taxi para la estación. Cuando unos labios amenazan, con devorarme el corazón, enciendo la señal de alarma, y escapo en otra dirección. Pasé dos noches en Sodóma, viví en Gomorra de pensión, cuando escapé del paraíso, S atanás me recogió. Y digo adiós, adiós, adiós, cojo mi chaqueta y pido, un taxi para la estación. Y digo adiós, adiós, adiós, cojo mi sombrero y pido, un taxi para la estación. Si nos cruzamos por la vida, no me preguntes dónde voy, mira mis ojos y adivina, lo que busco y lo que soy. No importa que cierres la puerta, me gusta entrar por el balcón, al día siguiente dejo el hueco, de mi huida en tu colchón. Y digo adiós, adiós, adiós, cojo mi chaqueta y pido, un taxi para la estación. Y digo adiós, adiós, adiós, cojo mi sombrero y pido, Un taxi para la estación. Y digo adiós, adiós, adiós, pago lo que debo y pido, un taxi para la estación. Y digo adiós, adiós, adiós, cojo mi sombrero y pido, un taxi para la estación.